Todos vivimos a lo largo de nuestras vidas el "entusiasmo"... Leí alguna vez que, atendiendo a la etimología, entusiasmo significa "poseído por los dioses"... Y me encanta, cuando estamos entusiasmados con una idea, con un proyecto, con un hecho, por qué no de nuestras circunstancias, nuestro presente ó futuro, sentimos la sensación de que una fuerza que nos excede nos impulsa a accionar, a hacer, a mover, a buscar.
En algunas oportunidades ese entusiasmo nos lleva al éxito pero otras veces a mitad de camino, el entusiasmo retrocede para darle lugar a la lentitud, la decepción, el desgano, finalmente, luego de algunos reveses, desistimos y no logramos aquello que nos proponíamos. Situación que nos deja sinsabor y amargura.
Esto puede ocurrir por diversas causas, a veces porque lo que nos inspiraba el entusiasmo era una situación que no dependía sólo de nosotros, otras porque idealizamos ó nos quedamos sólo con los sueños, con aquello que queríamos, deseábamos y otras veces porque nos juega una mala jugada la ansiedad.
La ansiedad, que es normal sentir frente a ciertas situaciones, si la dejamos que predomine en la situación, se convierte en mala consejera y, como contra cara del entusiasmo, nos impulsa a tomar un camino errado y angustiante, que nos pone en estado de permanente alerta, muchas veces quitándonos la alegría, las ganas, el apetito y el sueño, entro otros males.
Cuando no podemos discriminar en medio de nuestro hacer, cuál es la fuerza que nos motiva o nos impulsa probablemente sea la ansiedad la que termine predominando y si se consigue lo proyectado o deseado, se hace con un importante desgaste y cansancio. Comúnmente se cree que la ansiedad excesiva es inevitable en determinadas circunstancias. Muchas personas, se auto diagnostican "ansiedad" , que sin dudas es un mal de estos tiempos y los ritmos a los que nos somete el sistema hace, que nos atrape en algún momento.... Ya que todo debe ser rápido, todo es urgente y esa sensación persistente característica de que "no llegaremos a tiempo". Y entramos en un círculo donde nuestras ansiedades se potencian con las ansiedades de otros y "menudo lío" en todos lados.
Para poder transitar los caminos de cualquier proyecto que comienzan con un gran entusiasmo, sin ansiedad, debemos estar atentos porque la ansiedad está basada en un deseo intenso de conseguir o de que suceda algo rápidamente y tal cual lo planeamos, pero debemos tener presente, tomar consciencia de que el entusiasmo que nos llevará al éxito debe estar basado en un principio de realidad, saber que el tiempo que nos llevará a la meta, no siempre es directamente proporcional a nuestros deseos por ende debemos además de entusiasmo y ganas, tener paciencia y transitar el camino fluyendo con todo lo que está pasando, las personas que nos acompañan, incluso confiando en los obstáculos que aparecen también para mejorar algunos aspectos, para aprender y re afirmar lo que vamos haciendo.
No siempre es sencillo disfrutar del camino que nos lleva al éxito, pero si estamos atentos a que nuestro entusiasmo esté sustentado en los pasos que vamos dando concretamente para avanzar, la alegría estará presente, sin dudas y la ansiedad permanecerá en niveles mínimos que no perjudicarán ni a nosotros mismos, ni a los que nos rodean.